Perú ha inaugurado el megapuerto de Chancay, un proyecto que estuvo en construcción durante 13 años. Con la presencia de Xi Jinping en el marco de la cumbre APEC, el puerto comenzó oficialmente sus operaciones, posicionándose como un pilar fundamental para la conectividad comercial en la región.
El puerto de Chancay, que forma parte de la Iniciativa de la Franja y la Ruta de China, promete reducir los costos logísticos y los tiempos de transporte entre Perú y China. Según el presidente Xi Jinping, la infraestructura generará más de 8.000 empleos directos y aportará hasta 4.500 millones de dólares anuales a la economía peruana.
El proyecto también es considerado un avance estratégico para el país asiático. Su diseño y financiación estuvo a cargo de la compañía Cosco, vinculada al gobierno chino.
¿Un riesgo militar?
Sin embargo, la presencia creciente de China en la región ha generado preocupaciones, especialmente en Estados Unidos. Funcionarios de Washington han advertido sobre los riesgos geopolíticos de que el puerto sea utilizado con fines militares. La razón es su capacidad para recibir buques de guerra chinos. Expertos de la Escuela de Guerra de EE.UU. señalan que este tipo de infraestructuras podría comprometer la seguridad nacional de los países en un contexto de tensión internacional.
En este contexto, China ha desplazado a Estados Unidos como principal socio económico de varios países sudamericanos. Esto debido a sus nuevos proyectos, que abarcan desde infraestructuras hasta recursos naturales. El modelo chino de inversiones y préstamos ha ganado terreno en América Latina, especialmente frente a un creciente desinterés de Washington por la región.
El puerto de Chancay se presenta como una pieza clave en el refuerzo de la presencia china en la región, mientras que la influencia estadounidense sigue perdiendo fuerza ante el ascenso económico y geopolítico de Beijing en Latinoamérica.