Un informe revela que soldados israelíes habrían obligado a civiles palestinos a realizar peligrosas labores, incluidas operaciones en túneles de Hamás, durante la ofensiva en Gaza.
Un reciente reportaje del The New York Times ha revelado preocupantes denuncias sobre el uso de civiles palestinos como escudos humanos por parte de soldados israelíes en la Franja de Gaza. Entre los testimonios recogidos destaca el caso de Mohammed Shubeir, un joven de 17 años que afirmó haber sido forzado a caminar esposado, buscando explosivos instalados por Hamás.
Según Shubeir, los soldados lo obligaron a caminar por zonas peligrosas para evitar que ellos mismos fueran afectados por posibles bombas. “Me enviaron como a un perro a un apartamento lleno de trampas explosivas. Pensé que esos serían los últimos momentos de mi vida”, declaró el joven.
Otro caso alarmante es el de Basheer al-Dalou, un farmacéutico de Gaza que denunció haber sido obligado a actuar como escudo humano el 13 de noviembre. Al-Dalou indicó que fue empujado hacia un área llena de escombros, mientras los soldados temían la presencia de túneles ocultos o explosivos bajo sus pies.
Al menos siete soldados israelíes han admitido haber participado en estas operaciones, las cuales están prohibidas por la ley internacional y también por la propia legislación israelí. Sin embargo, las autoridades militares de Israel han negado oficialmente la práctica, asegurando que sus directivas prohíben estrictamente el uso de civiles detenidos para fines militares.
La situación en Gaza es crítica. Según el Ministerio de Sanidad de la Franja, los ataques han dejado más de 42.400 muertos, incluidos 17.000 menores. Además, 65 fallecidos y 140 heridos fueron reportados en las últimas 24 horas, y se estima que unas 902 familias gazatíes han sido completamente eliminadas.
El director del Instituto de Estudios de Seguridad Nacional de Israel, general Tamir Heyman, admitió la existencia de una versión de esta práctica, señalando que algunos detenidos fueron forzados a ingresar a túneles. A pesar de ello, el Ejército de Israel insiste en que investigará a fondo los testimonios, mientras que la comunidad internacional sigue condenando el uso de civiles en operaciones militares.
