Elsa López, vecina de El Tabo, logró su anhelado título técnico en Trabajo Social a los 83 años, demostrando que la perseverancia no tiene edad. Ahora, ayuda a mejorar la vida de sus vecinos.
A sus 83 años, Elsa López Torres ha demostrado que la edad no es un impedimento para cumplir sueños. Luego de enfrentar múltiples adversidades en su vida, esta vecina de El Tabo, en la región de Valparaíso, culminó sus estudios superiores, titulándose en Trabajo Social. Su historia de perseverancia ha inspirado a toda su comunidad.
Desde temprana edad, Elsa debió enfrentar la pérdida de su madre cuando solo tenía 8 años, lo que la obligó a madurar rápidamente. Tras esta tragedia, su padre contrajo matrimonio nuevamente, pero la relación con su madrastra no fue positiva, lo que marcó profundamente su infancia.
Las dificultades continuaron cuando, a los 13 años, Elsa se vio obligada a abandonar la escuela para comenzar a trabajar. Sus sueños de convertirse en profesional se vieron truncados por las responsabilidades de la vida adulta. No obstante, su deseo de superarse nunca desapareció.
Décadas más tarde, y con más de 70 años, Elsa retomó sus estudios. Tras varios rechazos por parte de diversas instituciones, el AIEP de San Antonio le abrió las puertas. Elsa nunca faltó a una clase y, a los 75 años, completó su enseñanza básica y media.
Hoy, ya titulada en Trabajo Social, Elsa pone en práctica lo aprendido en su comunidad. Trabaja en un condominio de adultos mayores, donde coordina ayudas sociales para los vecinos que lo necesitan. “Yo soy capaz”, afirmó con convicción, mientras continúa brindando apoyo a quienes acuden a ella.
Sergio Letelier, director del AIEP en San Antonio, elogió el esfuerzo de Elsa, señalándola como un ejemplo para sus compañeros: “Ella demuestra que con constancia y dedicación se pueden lograr todos los objetivos”.