La última Encuesta de Salud Pública reveló que un 33 % de la población en Chile es fumadora. Mientras que un 15 % está expuesta al humo de tabaco en el hogar.
El 31 de mayo se conmemora el Día Mundial sin Tabaco. Este año, el lema es “Proteger a la infancia de la interferencia de la industria tabacalera”. La Organización Mundial de la Salud (OMS) exige que la industria tabacalera deje de dirigirse a los niños con productos dañinos.
Un reciente informe del organismo internacional ofrece la estimación de que en el mundo hay unos 37 millones de niños de entre 13 y 15 años que consumen tabaco. Asimismo, los datos señalan que en muchos países la tasa de uso de cigarrillos electrónicos entre los adolescentes supera la de la población adulta.
Cuando los cigarrillos electrónicos se diseñan para que parezcan artículos escolares o sepan a caramelo, es obvio que la industria tabacalera se dirige directamente a los jóvenes.
— OPS/OMS (@opsoms) May 31, 2024
Es hora de poner fin a estas tácticas manipuladoras.
ℹ️https://t.co/yTNXSbvaqo #SinTabaco pic.twitter.com/tBldalJpaA
Tabaco en Chile
En Chile, 52 personas mueren diariamente por causas relacionadas con el tabaquismo, lo que representa el 16% de las muertes del país. Las enfermedades más prevalentes asociadas al consumo de tabaco son: Enfermedad Obstructiva Crónica (EPOC), accidente cerebro vascular
(ACV), Neumonía, Cánceres y Cáncer al pulmón.
Por otra parte, la última Encuesta de Salud Pública reveló que un 33 % de la población en Chile es fumadora. Mientras que un 15 % está expuesta al humo de tabaco en el hogar
“Fumar afecta los sistemas cardiovascular, respiratorio y reproductivo“, explicó el Dr. Felipe Rivera, especialista broncopulmonar. Por otra parte, resaltó que “el pelo se ensucia mucho más rápido, luce opaco y pegoteado. La voz se hace más ronca y viril. Por eso, se habla de que el tabaco discapacita, enferma y mata lentamente”.
Lucha contra una adicción
Fumar genera adicción, una enfermedad cerebral con un fuerte impacto psicosocial. Al respecto, Dra Carmen Gloria Betancur, especialista en psiquiatría y salud mental, explicó que la adicción al tabaco se desarrolla por la sobreestimulación del cerebro, que libera altas dosis de dopamina.
Esta sobreestimulación afecta la corteza prefrontal, responsable de la toma de decisiones y la reflexión sobre nuestras acciones. Con el tiempo, la capacidad de decidir por uno mismo se ve comprometida por la necesidad constante de consumo.
“El tabaco es una de las sustancias más adictivas que existen, es casi tan adictiva como la heroína, como las metanfetaminas. Prueba de ello es lo que cuesta mucho rehabilitar a alguien del tabaquismo”, advierte la doctora.
No obstante, cuando una persona deja de fumar, los síntomas asociados a su consumo comienzan a disminuir rápidamente. Incluso, diez años después de dejar de fumar los riesgos de enfermedades complejas como cáncer pueden desaparecer.
