Artículo de opinión por Jorge Navarrete Bustamante, Director. Magister en Gestión y Políticas Públicas. Facultad de Economía y Negocios, Universidad de Talca.
Todos los sondeos de opinión pública prospectan el triunfo del Rechazo en el próximo plebiscito del 17 de diciembre; la mayoría con 20 puntos de diferencia respecto de quienes apoyan la llamada “Kastitución”.
La prepotencia de la derecha en la legislación de tan funesta propuesta constitucional, es para el mundo civilizado no sólo de un anacronismo jamás antes visto en nuestra historia, sino que técnicamente desploma toda racionalidad legislativa al constituirse en un mediocre y confrontacional programa político, complementado con burdo populismo, y desprecio hacia lo público.
Es tan integrista esa “kastitución”, que hasta la rechaza el mismo el “núcleo duro” de Kast: el “rojo” Edwards, Kaiser, De La Carrera, Naveillan…
La UDI, RN y EVOPOLIS, arrodillados ante Kast, tendrán que rendir cuenta ante la historia… Los amarillos, son poca cosa. Sin embargo, a todos estos no les viene mal tampoco perder el plebiscito, pues la derrota será más directamente imputable a Kast: lo que le conviene a Matthei en las presidenciales.
Para nuestra Patria, tampoco es ya tan grave, pues si se rechaza la totalitaria “Kastitución”, regirá la actualmente vigente que, por cierto, será muy plausible de perfeccionar, ya que ahora requiere de bajísimos quorum; menores que esa “Kastitución”, toda vez que ésta exige supra mayorías para leyes electorales, y la blinda: convirtiendo al Tribunal Constitucional, en los hechos, en una tercera cámara.
Ergo, es más fácil perfeccionar incrementalmente en el Congreso Nacional, la actual “Carta Fundamental”, que la integrista “Kastitución”; pues ésta simultáneamente fragmentará aún más a Chile, con la consiguiente conflictividad social y política.
Por ello, hasta Jorge Correa Sutil, el ex senador Ignacio Walker, el ex Presidente Lagos, coinciden en que la “Kastitución” es “un verdadero salto al vacío” que “divide violentamente a Chile”, ya que “un sector se cree con el derecho de imponer su veto al resto de los chilenos (…) nos entrega un texto partisano, sin ninguna posibilidad de representar a la Nación como un todo”.
Concluyendo, la actual Constitución (cuyo 80% de su texto fue dictado en democracia), ya no es la de Jaime Guzmán; además, se puede optimizar fácilmente con enmiendas que realmente garantice la Dignidad exigida por millones de chilenas y chilenos, constituyendo un avance civilizatorio, expresado en:
“Un verdadero Estado social y democrático de derechos” (…) ; el reconocimiento de la Igualdad de derechos para la mujer y de su libertad biológica; descentralización para Chile; la protección de la libertad de conciencia e igualdad de culto; el derecho de propiedad, a la vida, la libertad de enseñanza; el reconocimiento a los pueblos originarios como parte de la nación chilena; el cuidado de la naturaleza y de su biodiversidad; el reconocimiento que la soberanía tiene como límite la Dignidad de la persona humana y los Derechos Humanos consagrados en los tratados internacionales”…
Por todo ello, y más, recomiendo: RECHAZAR O VOTAR EN CONTRA, la “Kastitución”.
