Domingo, Enero 26, 2025
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Empoderamiento con Identidad 

Paula Barrios Goio. Propulsora del empoderamiento femenino, Metropolitan Chair Financial Empowerment  G100. Socia de empresa de asesoría e intermediación financiera Bcorp Spa. Speaker de  talleres de educación financiera para emprendedores y Fundadora del Podcast Liderarte, el arte de elegir tu vida. Co Founder de la Corporación Impulsa Vichuquén, Mentora en ChileConverge.

Cuando hablamos de emprender, muchas veces lo primero se nos viene a la cabeza son  modelos de negocio, estrategias de marketing o ventas. Sin embargo, hay algo que  trasciende estas técnicas: la identidad. Para las mujeres emprendedoras de regiones, esa  identidad no solo es una herramienta para diferenciarse, sino también una fuente de  empoderamiento y raíces. Este es el caso de muchas mujeres en el Maule, quienes han  decidido transformar su arraigo por su tierra en una parte fundamental de sus proyectos. 

Un ejemplo inspirador es la emprendedora social y amiga personal: María Pía Yovanovik,  fundadora de la iniciativa Prefiero el Maule, que convirtió esa frase en un verdadero  movimiento. Pía, al levantar esta bandera, ha logrado unir a productores locales,  artesanos y emprendedores bajo una causa común: valorar y promover lo que nace en la  región del Maule. Su trabajo no solo resalta el talento local, sino que también refuerza el  sentido de pertenencia, demostrando que nuestras raíces pueden ser el motor de un  negocio exitoso. 

Emprender desde la identidad significa mucho más que usar ingredientes locales o  rescatar tradiciones. Es crear un proyecto que hable de nuestra historia, de nuestras  vivencias y del territorio que nos vio crecer. Es decir, es un acto de reivindicación y orgullo. 

¿Sabías que datos recientes del SERNATUR destacan que el 70% de los turistas  nacionales prefiere consumir productos con “sello local” al visitar una región? Esto refleja  una tendencia hacia el consumo de lo auténtico, de aquello que no puede replicarse  porque está cargado de identidad. Las emprendedoras tienen en sus manos la  oportunidad de satisfacer esta demanda, conectando al público con productos y servicios  que cuentan historias reales. 

Tomemos como referencia a esas emprendedoras que, al igual que Pía, han puesto en  valor su sentido de pertenencia. Muchas de ellas han construido marcas basadas en  elementos que refuerzan la identidad de su región, desde el diseño hasta el mensaje. 

Por ejemplo, en la gastronomía: En el Maule, las emprendedoras del rubro gastronómico  están rescatando recetas ancestrales y poniendo en valor ingredientes autóctonos, como  las algas, cecinas artesanales y vinos de cepas patrimoniales. Sus platos no son solo  alimentos; son una invitación a conocer la cultura local. 

Otro caso que conozco bien de cerca es la artesanía: Desde tejidos a mano con lana de oveja, pasando por obras de arte en madera tallada, hasta cerámicas de greda blanca con  pinturas, que reflejan paisajes del valle central, estas emprendedoras muestran que los  objetos también pueden contar historias. Cada pieza se convierte en un puente entre el  cliente y la región. 

Los emprendimientos Turísticos: Cada vez más mujeres lideran proyectos turísticos que  no solo ofrecen experiencias, sino también conciencia. Caminatas guiadas por parques  locales o visitas a viñas familiares muestran que el turismo puede ser una vía para  conectar con el territorio y su riqueza.

Uno de los grandes retos del emprendimiento es ver el potencial de lo que tenemos frente a nosotros. Para una emprendedora de regiones, eso significa mirar con otros ojos los  recursos locales: la materia prima, las tradiciones, las historias y hasta los paisajes! 

En un mundo donde la migración hacia las grandes ciudades suele ser vista como la  única opción para “salir adelante”, las emprendedoras que deciden quedarse en sus  comunidades representan un acto de resistencia y empoderamiento. Ellas no solo eligen  apostar por su tierra, sino también se convierten en agentes de cambio que fortalecen la  economía local y la cohesión social. 

Datos del Ministerio de la Mujer y Equidad de Género destacan que el 60% de las  emprendedoras en zonas rurales han declarado que su mayor motivación es “aportar al  desarrollo de su comunidad”. Este dato resalta el papel transformador que tienen estas  mujeres, quienes con sus proyectos construyen futuro sin perder de vista el pasado. 

En resumen, emprender desde la identidad no solo permite crear un negocio único y  competitivo, sino también genera un impacto positivo en las comunidades. Las  emprendedoras que abrazan sus raíces y construyen desde el sentido de pertenencia  están demostrando que el empoderamiento no siempre implica cambiar de lugar; también puede significar transformar y revalorizar lo que ya tenemos. 

Que el ejemplo de Pia Yovanovik y Prefiero el Maule sea una inspiración para muchas  más mujeres a lo largo del país. Porque emprender con el corazón en la región es  también un acto de amor hacia nuestras raíces y nuestras comunidades. Es una manera  de decir: “Estoy aquí, y desde aquí también puedo cambiar el mundo.” 

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