El fin de año trae alegría, pero también estrés y nostalgia. Nadia Ramos, experta de la UTalca, entrega claves para manejar esta compleja etapa.
La celebración de fin de año es vista como un momento de alegría, pero para muchos puede ser una época de estrés y nostalgia, conocida como “depresión postfiestas”. Según Nadia Ramos, directora del Centro de Psicología Aplicada de la Universidad de Talca, este fenómeno no necesariamente es depresión clínica, sino un “bajón emocional” propio de la época.
La experta señala que el fin de año invita a evaluar el pasado, y si los resultados no cumplen nuestras expectativas, podemos sentirnos frustrados. “Es clave evitar las comparaciones y evaluaciones excesivamente duras, ya que tienden a generar malestar”, explicó.
En cuanto al manejo de la ausencia de seres queridos, Ramos sugiere darles un espacio significativo en las celebraciones, como un brindis o un gesto simbólico. “Esto permite integrar su memoria en un contexto de afecto y continuidad”, destacó.
El estrés financiero también suele ser un factor importante en esta época. Ramos recomienda priorizar el significado familiar sobre los regalos. “Cambiar el enfoque hacia el encuentro y no el consumo puede aliviar mucha presión”, afirmó, destacando iniciativas como el “amigo secreto” para equilibrar las expectativas.
Entre sus consejos clave, la psicóloga subrayó la importancia de:
- Compartir las responsabilidades: evitar sobrecargar a una sola persona con tareas.
- Respetar la introspección: no todas las personas viven la festividad de la misma manera.
- Retomar hábitos saludables, como el buen dormir y la alimentación balanceada.
Finalmente, Ramos invitó a mantener una actitud amable con uno mismo al fijar metas para el próximo año. “Soñar es importante, pero dividir esos sueños en metas alcanzables hará el proceso más satisfactorio”, concluyó.
