Katherine Pizarro Corbalán, directora de la Carrera Nutrición y Dietética de la Universidad Santo Tomás Talca.
Con la llegada de las celebraciones de Navidad y Año Nuevo, las mesas se llenan de diversas preparaciones que muchas veces suelen ser difíciles de resistir. Aunque estas festividades son momentos ideales para compartir con familia y amigos, también representan un desafío para mantener hábitos alimentarios saludables. En este contexto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) enfatizan la importancia de cuidar nuestra dieta incluso en estas fechas especiales.
Uno de los aspectos más importantes para evitar excesos es la planificación. Antes de las compras, es recomendable elaborar una lista de alimentos saludables que incluyan opciones ricas en nutrientes, como frutas, vegetales, cereales, idealmente integrales y fuentes de proteínas magras (bajas en grasa). Ir al supermercado con el estómago lleno puede ayudarnos a tomar decisiones más conscientes y evitar tentaciones calóricas, como snacks procesados.
Además, mantener horarios regulares de comida ayuda a evitar llegar con demasiada hambre a las cenas festivas. Una colación ligera, como un yogurt bajo en grasas o una fruta, puede ser una excelente opción como colación de media tarde.
Disfrutar de platos saludables no significa renunciar al sabor. Sustituir los ingredientes tradicionales por alternativas más nutritivas no implica renunciar al sabor. Por ejemplo, las ensaladas frescas, acompañadas de aderezos bajos en calorías como yogurt natural mezclado con hierbas frescas como ciboulette, cilantro o perejil, son una excelente guarnición.
En cuanto a las carnes, se recomienda elegir cortes magros de vacuno, pollo, pavo o pescado, acompañados preferentemente de verduras asadas o ensaladas de hojas verdes. Es importante recordar que alimentos como papas, choclo, habas y arvejas, aunque nutritivos, no se consideran ensaladas en este contexto.
Los cócteles también pueden adaptarse fácilmente para ser más saludables, eligiendo bebidas sin azúcar y combinándolas con frutas frescas y hielo, una opción refrescante y baja en calorías.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) aconseja reducir el consumo de grasas saturadas, azúcares añadidos y sodio. Por ello, se pueden preparar aperitivos creativos y ligeros, como canapés hechos con pan integral, quesos bajos en grasa y vegetales frescos. Para el postre, los sorbetes de frutas sin azúcar son una opción ideal: refrescantes, ligeros y llenos de sabor.
Optar por estas alternativas permite disfrutar de las celebraciones navideñas cuidando la salud y sin sacrificar el placer de una buena mesa.
Comer despacio y en pequeñas porciones no solo mejora la digestión, sino que también permite disfrutar plenamente de los sabores. Dedicar entre 20 y 30 minutos a la comida principal puede marcar una gran diferencia en la cantidad consumida. Asimismo, retirar los alimentos de la mesa después de cenar evita el “picoteo” innecesario.
La moderación y el equilibrio son la base de una alimentación saludable, incluso en los días de celebración. Adoptar hábitos conscientes no solo permitirá disfrutar de las festividades, sino también iniciar el nuevo año con bienestar y energía renovada.