La atención internacional se centró esta semana en el Líbano, mientras el conflicto entre Israel y Hamás se intensifica en Gaza y Cisjordania. Allí las fuerzas israelíes continúan sus operaciones.
El jueves se registraron graves incidentes en la ciudad de Qabatiya, en la gobernación de Yenín.
Durante una incursión militar, se reportó la muerte de al menos siete palestinos y once heridos. En ese contexto, el ejército israelí arrojó cuerpos inertes desde azoteas de edificios. Se trata de un acto que ha generado condena y preocupación por posibles violaciones de derechos humanos.
Las imágenes de estos hechos fueron captadas y difundidas por periodistas, y muestran a los soldados israelíes golpeando y arrojando cuerpos desde lo alto de un edificio.
El ejército ha señalado que estos incidentes están siendo revisados, afirmando que no reflejan los valores de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI). Activistas y grupos de derechos humanos han criticado estas acciones, considerándolas una muestra de un patrón de uso excesivo de la fuerza en el contexto de la actual escalada de violencia.
Shawan Jabarin, director de la organización palestina Al-Haq, calificó la situación de “salvaje”. Expresó dudas sobre la posibilidad de una investigación adecuada por parte de Israel.
Esta preocupación se enmarca en un contexto más amplio, donde desde el inicio del conflicto el 7 de octubre, más de 700 palestinos han sido asesinados.
Las incursiones, justificadas por Israel como medidas necesarias para combatir la militancia palestina, han desencadenado una ola de violencia y descontento. En tanto la comunidad internacional sigue en alerta sobre el creciente número de víctimas en Cisjordania en medio de esta crisis humanitaria.
