Gabriel Olguín Orellana, docente en la UCM, lidera el avance de la bioinformática, fusionando biología y computación para impulsar la ciencia en Latinoamérica.
En la actualidad, las ciencias biológicas generan más datos que cualquier otra disciplina, superando incluso a la astronomía. Durante la pandemia, los bioinformáticos, o biólogos computacionales, alcanzaron dos logros cruciales. Primero, descifraron el genoma del virus causante del COVID-19, lo que permitió identificar sus vulnerabilidades y desarrollar vacunas. En segundo lugar, lograron construir el modelo tridimensional de la proteína spike, lo que facilitó comprender cómo el virus se adhería a las células que infectaba.
Estos avances se lograron gracias a simulaciones computacionales, realizadas desde casa, a diferencia de los métodos tradicionales de los biólogos que dependen de los laboratorios. Esta disciplina emergente combina modelos matemáticos y herramientas informáticas para estudiar fenómenos biológicos con una precisión sin precedentes.
Un exponente en bioinformática
Gabriel Olguín Orellana, docente en la Universidad Católica del Maule (UCM), ha emergido como un referente clave en bioinformática. Su formación en Ingeniería en Bioinformática y su Doctorado en Ciencias, mención Modelado de Sistemas Químicos y Biológicos, por la Universidad de Talca, lo sitúan como un actor importante de esta disciplina en Latinoamérica. La Universidad de Talca, pionera en ofrecer esta carrera (2003), ha sido un centro de formación para numerosos profesionales en el campo.
Entre los motivos que lo llevaron a estudiar ingeniería bioinformática, el oriundo de Molina destaca que la mayor razón fue “conocer una disciplina multidisciplinaria, que hasta el año 2009 no estaba tan explorada ni tan propuesta a nivel nacional“.
Desde 2013, Gabriel forma parte del consejo estudiantil de la Sociedad Internacional de Biología Computacional (ISCB), donde actualmente ocupa el cargo de presidente, lo que le permite integrar la directiva de la ISCB. En este rol, ha fomentado la creación de vínculos entre estudiantes e investigadores seniors, promoviendo la integración de nuevas generaciones de científicos. Además, en 2017 participó en All Biotech, una iniciativa financiada por CORFO para impulsar el liderazgo en biotecnología, reafirmando así su compromiso con la innovación científica.
Nuevas generaciones
Olguín reconoce que su camino no estuvo exento de desafíos. Su perseverancia lo ha llevado a ser parte de una comunidad científica que hoy lidera la bioinformática en Chile. Actualmente, según sus palabras, “no hay laboratorio en Chile que no cuente con bioinformáticos formados en Talca”, destacando la exportación de talento en este campo.
En un contexto donde la bioinformática se consolida como un pilar fundamental para la investigación científica, Gabriel Olguín Orellana emerge como un líder clave, cuya trayectoria no solo refleja un profundo compromiso con el avance de la ciencia en Chile y Latinoamérica, sino también con la formación de nuevas generaciones de bioinformáticos.
Su labor, desde las aulas de la Universidad Católica del Maule y como presidente del consejo estudiantil de la ISCB, es un claro ejemplo de cómo la ciencia, la educación y el liderazgo pueden converger para generar un impacto duradero. Con su mirada puesta en el futuro, Olguín continúa impulsando el desarrollo de una disciplina que, sin duda, seguirá siendo crucial en los desafíos científicos del mañana.