Edgardo Fuenzalida. Gerente General de Fundación Las Rosas.
Iniciamos uno de los meses más emotivos y significativos para todos quienes vivimos en Chile. Mes de celebraciones y fiestas, en las que muchas veces dejamos de lado a quienes fueron actores importantes en la construcción del país que actualmente habitamos: las personas mayores. Ellos también tienen el derecho y la necesidad personal de participar activamente de este “18”.
Aunque muchos, especialmente aquellos sobre los 80 años presenten un evidente declive físico o mental o estén afectados por condiciones complejas -como es el Alzheimer-, mantienen intacta su chilenidad y “reviven” al sonido de una tonada, una cueca o con los recuerdos, colores y aromas propios de las Fiestas Patrias.
Se estima que en el país hay aproximadamente 200 mil personas mayores con Alzheimer; cifra que se triplicaría hacia 2050. Si bien la prevalencia de esta enfermedad en el total de la población es de solo 1,6%, esta cifra se duplica cada 5 años, a partir de los 60, hasta llegar a casi un tercio de las personas mayores con algún tipo de demencia, pasados los 85 años. Esa es la realidad que se vive en los Hogares de Fundación Las Rosas, con un promedio de 83 años y un 73% de residentes con deterioro cognitivo.
En ningún caso ese panorama debe impedir que los incorporemos a estas fiestas que les son tan propias. Las personas mayores son tesoros vivos de nuestra sociedad; ellos portan nuestra historia, nuestras tradiciones. Aprendamos a cuidarlos con empatía y ternura, permitamos que en ellos afloren sus recuerdos de chilenidad, que nos hablen del volatín, los trenes, las payas o los pequenes. Hagamos que escuchen las canciones, sientan los sabores y participen de este nuevo aniversario nacional. Pese a su condición, ellos no olvidan su amor por Chile, no los olvidemos nosotros a ellos.