El 22 de agosto, un inesperado evento sorprendió a los vecinos de las inmediaciones de la cárcel de Talca cuando, alrededor de las 9 de la noche, el cielo se iluminó con una explosión de colores y estruendosos estallidos.
La fuente de esta inusual exhibición de fuegos artificiales parecía provenir directamente de las dependencias del servicio penitenciario, lo que generó una ola de especulaciones y preocupación entre la comunidad.
Dos videos captados por testigos y compartidos en redes sociales rápidamente se viralizaron, alimentando la controversia. En uno de ellos, los fuegos artificiales parecen haber sido lanzados desde el interior de la cárcel, mientras que en el otro se observa que provienen desde una calle cercana al recinto. Esta contradicción en las versiones incrementó la confusión de los vecinos.
Ante la situación, Gendarmería de Chile emitió un comunicado de prensa en el que negó categóricamente que los fuegos artificiales hubieran sido disparados desde el interior del establecimiento penitenciario de Talca. La institución subrayó que los responsables del incidente no eran internos y que las circunstancias exactas están siendo investigadas por las autoridades competentes.
Los motivos detrás de esta intervención nocturna permanecen bajo investigación, y se desconoce si el evento estuvo relacionado con alguna manifestación, celebración o intento de comunicación con los internos.
