Dra. Dahiana Pulgar, cirujana Oncológica de Cabeza y Cuello de Clínica MET
El 27 de julio es el Día Mundial de la Concientización del Cáncer de Cabeza y
Cuello, una oportunidad crucial para resaltar la importancia de la detección
temprana y los factores de riesgo asociados a esta enfermedad. Como cirujano
oncólogo especializado en cáncer de cabeza y cuello, he sido testigo de cómo
esta enfermedad puede impactar de manera devastadora en la vida de mis
pacientes y sus familias.
Los factores de riesgo tradicionales para el cáncer de cabeza y cuello incluyen el
consumo de tabaco y alcohol. Sin embargo, en los últimos años, se ha observado
un aumento significativo en los casos relacionados con la infección por el virus del
papiloma humano (VPH). Esta tendencia ha llevado a un cambio en el perfil
demográfico de los pacientes, con un incremento de diagnósticos en personas
jóvenes que, en muchos casos, no presentan los factores de riesgo clásicos.
El VPH, un virus comúnmente asociado con cánceres genitales, ha emergido
como una causa principal de cáncer orofaríngeo, una subcategoría de cáncer de
cabeza y cuello. La transmisión del VPH ocurre principalmente a través de
contacto sexual, y la infección puede permanecer latente durante años antes de
manifestarse como cáncer. La concientización sobre la vacunación contra el VPH
es fundamental para reducir la incidencia de estos cánceres en el futuro.
Uno de los desafíos más significativos en el manejo del cáncer de cabeza y cuello
es su diagnóstico tardío. Aún hoy, aproximadamente el 60% de los pacientes son
diagnosticados en etapas avanzadas de la enfermedad. Esto se debe en parte a la
naturaleza insidiosa de los síntomas iniciales, que pueden incluir úlceras o
lesiones en la cavidad oral, dolor persistente en la garganta, y cambios en la voz.
Es crucial que tanto los pacientes como los profesionales de la salud estén atentos
a estos signos y busquen una evaluación médica temprana ante cualquier
anormalidad persistente.
La consulta precoz y la detección temprana son vitales para mejorar los resultados
del tratamiento. Los pacientes diagnosticados en etapas iniciales tienen una mayor
probabilidad de curación y pueden beneficiarse de tratamientos menos agresivos.
Por el contrario, los pacientes con enfermedad avanzada enfrentan tratamientos
más complejos y una menor tasa de supervivencia. Las opciones de tratamiento
para el cáncer de cabeza y cuello pueden incluir cirugía, radioterapia, quimioterapia, o una combinación de estos, dependiendo de la etapa y ubicación
del tumor.
En mi experiencia como cirujano oncólogo, he visto cómo la detección temprana
puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte. Recuerdo a un paciente joven
que llegó con una pequeña lesión en la lengua, que inicialmente parecía
inofensiva. Afortunadamente, buscó ayuda a tiempo, y pudimos intervenir antes de
que el cáncer se propagara. Hoy, él está libre de cáncer y lleva una vida normal.
Es fundamental que los esfuerzos de concientización también se centren en la
promoción de hábitos saludables y la prevención primaria. Reducir el consumo de
tabaco y alcohol, promover la vacunación contra el VPH, y fomentar prácticas
sexuales seguras son estrategias clave para disminuir la incidencia de este tipo de
cáncer.
En este Día Mundial de la Concientización del Cáncer de Cabeza y Cuello, hago
un llamado a la acción: Esté atento a su cuerpo y no ignore las señales de
advertencia. Si usted o un ser querido notan cualquier úlcera, lesión o cambio
inusual en la cavidad oral, consulte a un profesional de la salud de inmediato. La
detección temprana no solo salva vidas, sino que también mejora
significativamente la calidad de vida de quienes enfrentan el cáncer de cabeza y
cuello.