El abogado nos abre su corazón y su archivo de dolorosas experiencias, marcadas por la discriminación y el abuso homofóbico.
En las profundidades de las oficinas gubernamentales, donde las leyes y los derechos deberían ser defendidos con el mayor celo, Claudio Garrido, un abogado dedicado de la Inspección del Trabajo en Talca, encontró una batalla personal que nunca esperó tener que luchar. En una entrevista exclusiva, Garrido nos abre su corazón y su archivo de dolorosas experiencias, marcadas por la discriminación y el abuso homofóbico en un entorno que debería haber sido su bastión de justicia.
Inicio de la Pesadilla
Desde su ingreso en septiembre de 2013, Claudio señala que enfrentó bromas y comentarios homofóbicos de diversos colegas. Lo que inicialmente se manifestó como una sensación de rechazo y animadversión, se reveló en 2016 como un patrón de acoso basado en su orientación sexual. “Nunca hablé de mi vida privada por temor a que la confianza se confundiera con faltas de respeto,” confiesa Garrido, una decisión que, lamentablemente, no lo protegió del acoso.
Revelaciones Dolorosas y Cambio de Oficina
Con el paso de los años, la situación de Claudio se volvió insostenible, culminando en 2020 cuando, harto de ser el “bufón del servicio”, buscó ayuda. La respuesta fue un traslado bienintencionado pero ineficaz a la Dirección Regional del Trabajo del Maule, una movida que lo alejó de sus supuestos acosadores pero no detuvo la vulneración.
Un Nuevo Capítulo de Acoso
El cambio de escenario trajo nuevos actores al acoso, (un Coordinador de la Dirección Regional del Trabajo del Maule), cuyas bromas crueles y deshumanizantes alcanzaron nuevos niveles de degradación. A pesar de un breve período de esperanza mediado por la cercanía con la pareja del supuesto acosador, señala Garrido que el acoso continuó, incluso delante de ella.
Lucha por la Justicia
Enfrentado a la negación de los hechos por parte del servicio y la manipulación de testimonios, Claudio emprendió una lucha legal por la justicia, una batalla marcada por el estancamiento y la obstrucción. “La causa aún se encuentra en contraloría interna en observación y examen, una clara táctica de entorpecimiento”, señala Garrido, quien ahora teme que el continuo estrés haya mermado su capacidad profesional como abogado.
Apoyo y Futuro
A pesar de la adversidad, Claudio encuentra fortaleza en el apoyo de la Fundación Iguales y ANTRAMEF, su nueva asociación gremial. Su historia es un testimonio de resistencia en la cara de una injusticia profundamente arraigada dentro de una institución que debería proteger los derechos de todos.
Claudio Garrido sigue adelante, no solo por su causa sino por la de todos aquellos que han enfrentado discriminación en silencio. Su historia no es solo una lucha personal, es un llamado a la acción para una reforma institucional y un recordatorio de la persistente batalla contra la discriminación en el lugar de trabajo.
La Batalla legal recién está comenzando y se encuentra radicada en el Juzgado de Letras del Trabajo de Talca, Rit T-185-2023.