Paula Barrios Goio, Socia de empresa de asesoría e intermediación financiera. Relatora de talleres de educación financiera para emprendedores. Co Founder de la Corporación Impulsa Vichuquen. Mentora en ChileConverge y Metropolitan Chair Financial Empowerment G100. Propulsora del empoderamiento femenino.
De acuerdo con un estudio del Banco Mundial y confirmado por la ONU Mujer, la forma de avanzar con al menos 8 de 17 ODS fijados por la ONU, es a través del empoderamiento económico de la mujer, ya que se lograría una importante ayuda para poner al día la economía luego de la ralentización, o más bien RETRASO, que produjo la Pandemia.
Los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenibles) o metas globales son fijados por la ONU el año 2015, con el fin de poner fin a la pobreza, proteger al planeta y para garantizar que, en el año 2030, todas las personas disfruten de paz y prosperidad. Dentro de los ODS que podrían impactar el empoderamiento económico de la mujer, encontramos: Erradicación de la Pobreza (1), Hambre Cero (2), Salud y Bienestar (3), Educación de Calidad (4), Igualdad de Género (5), Trabajo Decente y Crecimiento Económico (8), Reducción de las Igualdades (10), Ciudades y Comunidades Sostenibles (11).
¿Sabías que, para encaminar hacia el crecimiento económico de un país, la mejor alternativa es el Empoderamiento Económico de la mujer? Con trabajos remunerados, las mujeres jefas de hogar mejoran considerablemente, la calidad de vida de su familia en múltiples aspectos, ya que tienen tendencia a invertir en mejor educación para sus hijos, optan por alimentos más saludables, adquieren bienes y acceden a mejores sistemas de salud, activando el pulso de la economía de un país. Por otro lado, al incorporarse a la fuerza laboral, disminuye la brecha de igualdad de género y reduce la desigualdad, generando comunidades más sanas y sostenibles.
El empoderamiento económico de la mujer es un beneficio muy grande para las empresas, ya que en general las mujeres han demostrado que aumentan la eficacia organizacional en cargos de liderazgo. Según un estudio de McKinsey & Company, en empresas donde existen desde 3 mujeres encargos superiores, se demuestra un mejor desempeño en torno a la eficacia organizacional que otras donde no las hay. Por otro lado, en la agricultura, representa una fuerza laboral de un 43% promedio en la región (LATAM), pero representan menos de un 20% de quienes poseen tierras, son mujeres.
Otra cifra que resuena es que entre el 85% y 90% de los países encuestados por la OMS, son mujeres las que tienen a su cargo la preparación de los alimentos en su hogar. Otro dato respecto del empoderamiento femenino es que, según la OCDE, el aumento de la educación de las mujeres y niñas contribuyó en un 50% directamente al crecimiento económico de los países, bajo esta organización, durante los últimos 50 años.
Entonces, dadas estas cifras, ¿Por qué los países no hacen más acciones para lograr el objetivo del empoderamiento de la mujer a través de herramientas, que muchas de ellas, están al alcance de la mano? Porque este empoderamiento económico no es fácil, necesita de múltiples apoyos para que sea realizable, dentro de esto se puede comenzar con algo muy sencillo y necesario, como es entregar herramientas sobre educación financiera y que las jefas de hogar consigan de mejor manera planificar el gasto y, porque no, alcanzar productos de ahorro.
Para las mujeres, a nivel transversal, estas herramientas son el inicio de un proceso que les genera confianza en sí mismas. Al obtener más conocimientos de educación financiera, adquieren la autonomía y la autoridad necesaria para tomar decisiones importantes dentro del núcleo familiar, pudiendo ordenar y ejercer el control sobre las finanzas del hogar. Cotidianamente me toca verlo cuando efectúo los talleres, donde les enseño a realizar presupuestos para la casa y conocimientos acerca del correcto uso de los productos bancarios y de los mecanismos de ahorro.
En sus caras se refleja la satisfacción de tener una herramienta que les ayudara a poner orden en sus finanzas familiares y, junto con esto, la confianza que comienza a crecer en ellas cuando ven un camino concreto para realizar sus sueños. Este es un empoderamiento gradual, que ha significado que diferentes personas, de diversas comunidades, han comenzado a entender sus ingresos, permitiéndoles ordenar su cotidianeidad de gastos, generando en sus grupos familiares mayor tranquilidad respecto del futuro y de sus desarrollos.