Según los datos de Conaset, a 2022 la Región del Maule se encuentra sobre el promedio nacional en materia de siniestros, fallecidos y lesionados.
Las condiciones climáticas anunciadas para algunas regiones del territorio nacional incluyen lluvias, neblina y días con menos luz, lo cual nos obliga a mantener un estado de alerta aún mayor frente al volante.
En 2022 Conaset determinó que el Maule está por sobre la cifra nacional de accidentes de tránsito.
El alarmante informe detalló “Las comunas de Talca y Curicó agrupan gran parte de los siniestros de transito en la región, pero en otras comunas como San Javier, el total de lesionados supera la cantidad de siniestros y la suma de fallecidos es la más abultada de la región. Las comunas más rurales agrupan un total de fallecidos que supera el total de fallecidos de las comunas con mayor urbanización”.
Por ello se entregan las siguientes recomendaciones:
En cuanto a la conducción con niebla, se aconseja disminuir la velocidad, utilizar luces bajas, evitar adelantamientos o maniobras bruscas y utilizar el freno de manera suave e intermitente.
Iluminación
Para conducir con seguridad por una zona poco iluminada no basta con encender las luces. Se debe conducir a un ritmo más lento para que, en caso de emergencia, permita detener el vehículo dentro del campo de visión.
Alerta por fatiga en la conducción
Cuando las condiciones meteorológicas son adversas, se debe reforzar aún más la atención al volante. Si el tiempo no acompaña, siempre que sea posible, es preferible no salir a la carretera. Si no podemos aplazar el viaje, debemos conducir con cautela. Hoy existen tecnologías que pueden ser incorporadas en vehículos comunes y comerciales que son capaces de alertar signos de fatiga y somnolencia en los conductores, una herramienta muy útil para contrarrestar posibles errores humanos.
Cabe mencionar que la lluvia es un factor en sí mismo: la distancia de frenado se alarga y la visibilidad se reduce. Evitar las maniobras bruscas, aumentar la distancia de seguridad, reducir la velocidad y llevar los neumáticos en buen estado es el mejor antídoto que hay para salir airoso.
Frenado
La lluvia torrencial provoca problemas de visibilidad por las salpicaduras del agua y los cristales empañados. Cuando hay exceso de agua en la calzada y el neumático pierde agarre y se desliza. Para recuperar el control del coche debemos sujetar el volante con firmeza y no frenar a fondo. Una vez el neumático recupera el agarre, basta con corregir la trayectoria suavemente para dominar la escena.
La niebla y la visibilidad
Conducir con niebla requiere mucha concentración al volante, sobre todo si es densa, ya que la visibilidad se reduce drásticamente y aumentan las colisiones por alcance.
Lo primero que hay que hacer es aumentar la distancia de seguridad y circular con precaución.
Es un error creer que con las luces altas se ve mejor, ya que la luz larga rebota en el banco de niebla y deslumbrará sin conseguir el objetivo. Por lo tanto, lo que debemos hacer es accionar las luces de niebla.
Revisión del vehículo
Antes del viaje, revisar el estado de los neumáticos y de las plumillas, además de los niveles de aceite y agua, como medidas principales. Se recomienda, como en toda época del año, utilizar el cinturón de seguridad y las sillas infantiles al circular con niños, para prevenir y evitar accidentes viales, los que, en ocasiones pudieran ser fatales.
