La tragedia del Titan se suma a una abultada lista de tragedias marítimas a las que las naciones han debido hacer frente durante los últimos años.
Las expediciones submarinas siguen siendo una disciplina que cuenta con un gran riesgo en su realización, la tragedia vivida en Norteamérica y que ha consternado al mundo, solo es un caso más de múltiples tripulaciones que han llegado al fondo marino para no regresar más.
Ara San Juan: Este submarino de nacionalidad argentina perdió comunicación el miércoles 15 de noviembre de 2017, durante días, fue rastreado sin éxito por equipos de diferentes naciones, siendo encontrado un año después a 907 metros de profundidad.
Las investigaciones apuntaron a que el submarino se hundió debido a una implisión originada por una entrada de agua que desencadenó un incendio en las baterías, lo que provocó que los 44 tripulantes perdieran la vida.
Kursk (2000): El 12 de agosto de 2000, el submarino nuclear Kursk de la Armada rusa, tuvo dos explosiones internas y se hundió en medio de una maniobra militar en el Mar de Barents, dejando a 118 tripulantes muertos.
Las labores de rescate se vieron obstaculizadas por el mal tiempo y el mal estado del equipo de rescate. Finalmente, se descubrió que un torpedo defectuoso fue el motivo de la explosión. La tragedia del Kursk fue un duro golpe para la Marina rusa y significó un punto de inflexión en la era post-soviética, poniendo de manifiesto las deficiencias en la infraestructura militar de la nación.
USS Scorpion (1968): Submarino Estadounidense desaparecido en el Atlántico Norte en 1968, con 99 hombres a bordo, fue uno de los cuatro submarinos nucleares perdidos en alta mar. La nave fue encontrada cinco meses después a 3.000 metros de profundidad.
Hasta el día de hoy, el motivo de su desaparición sólo vive en el campo de lo hipotético y de la especulación, pese a que algunos sugieren que pudo haber sido víctima de fuego amigo, mientras que otros, plantean que pudo haber sufrido una explosión interna.