A raíz de esta problemática, se busca que apoderados y docentes a tomar un papel más activo, generando espacios para el debate sobre esta problemática y de esta forma generar una mayor confianza para las denuncias.
La Superintendencia de Educación informó que durante el 2022 se recibieron 769 denuncias por ciberacoso, 362 más que las contabilizadas durante los años 2018-2019, cuando los registros evidenciaron 407, una situación alarmante, considerando que las reuniones virtuales por clases y semejantes están en constante crecimiento luego de la pandemia.
La psicóloga del Programa de Acceso a la Educación Superior (PACE) de la Universidad de Talca, Claudia Domínguez, explicó que este incremento, en parte, se debe a que el periodo pandémico trajo consigo la privación de establecer vínculos con amigos de forma presencial y la ausencia del intercambio espontáneo entre pares y adultos no familiares, afectando las capacidades de desenvolverse en público.
Con la disminución de la capacidad para sociabilizar y la poca asertividad comunicativa, el ciberacoso comenzó a ganar terreno. Es por ello, que la profesional recomendó robustecer las iniciativas de prevención en los hogares y los establecimientos escolares.
Por otra parte, también es de suma importancia que tanto docentes como padres tengan la voluntad para crear espacios en beneficio de las habilidades sociales, con tal de que niños tengan predisposición a crear relaciones saludables y la nula necesidad de recurrir a agredir a otros.