Por Arcadio Cerda Urrutia, Doctor en Economía de la Facultad de Economía y Negocios, Universidad de Talca.
La inflación se define como el incremento sostenido y generalizado de los precios de los bienes y servicios en una economía. En marzo de 2023, la inflación en Chile experimentó un nuevo incremento del 1.1%, con una inflación interanual de 11,1%, un valor significativamente superior al promedio de los últimos 14 años, que ha sido de sólo un 0,6%. Esto muestra que la inflación aún se mantiene por encima de los niveles históricos, medida actualmente por la variación de precios de 303 productos.
Los costos de la inflación son significativos y se pueden manifestar de varias formas. Primero, reduce el poder adquisitivo de la moneda, lo que lleva a una disminución del bienestar y empobrecimiento de la población, especialmente de los estratos sociales de menores ingresos.
En segundo lugar, actúa como un impuesto oculto que afecta a las personas que tienen sus ahorros en efectivo o en inversiones no indexadas a la Unidad de Fomento (UF), lo que reduce el valor real de su dinero.
Por último, cuando la inflación es alta y persistente, los agentes económicos pierden la confianza en la moneda y buscan refugio en otras formas de dinero, como el dólar, generando un aumento en el precio del dólar y, a su vez, el precio de los bienes importados.
Los reajustes son importantes para compensar la pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores y reflejan el compromiso de las organizaciones públicas y privadas con su recurso más valioso, las personas. Aunque la mayoría de las organizaciones dieron reajustes de alrededor del 12,8%, algunas ofrecieron reajustes mezquinos que no alcanzaban ni el 50% de la pérdida de poder adquisitivo. Esto es relevante no solo en el presente, sino también en el futuro, ya que afecta la base para reajustes futuros.
Para ilustrar la magnitud de los costos de la inflación y los reajustes insuficientes, se puede hacer un ejercicio simple, sin considerar reajustes, costo oportunidad del dinero, ni inflación futura. Supongamos que dos personas ganan 1,5 y 4 millones de pesos al mes, respectivamente, y la inflación del 2022 fue del 12,8%. Si se les da solo el 50% (6,4%) como reajuste, la primera persona pierde $96.000 al mes en términos reales, lo que significa $11.520.000 “solo en 10 años”, mientras que la segunda pierde $256.000 al mes y $30.720.000 en “solo en 10 años”. Estos valores son significativos para la vida de un trabajador y el bienestar de sus familias, sin considerar que los ítems de alimentos y transporte, donde se concentra el gasto familiar, aumentaron sus precios alrededor de un 20%. Por lo tanto, los trabajadores que recibieron reajustes insuficientes tendrán que cambiar sus hábitos de consumo y reducir el consumo de algunos bienes para cubrir los costos de colegio, salud, dividendos, comidas, entre otros.
En conclusión, la inflación puede tener costos significativos en términos de pérdida del poder adquisitivo, impuesto inflacionario y pérdida de confianza en la moneda.
Por lo tanto, es importante que los gobiernos y las autoridades monetarias adopten políticas económicas adecuadas para controlar la inflación y evitar sus efectos negativos. Es esencial que las organizaciones tanto públicas como privadas proporcionen reajustes adecuados para compensar la pérdida de poder adquisitivo de sus trabajadores. De lo contrario, puede afectar la salud mental, la motivación y la productividad laboral, ya que los trabajadores pueden verse obligados a buscar un segundo empleo o incluso abandonar su trabajo en busca de mejores condiciones laborales.
