La temporada de verano ha sido catastrófica para los agricultores. A raíz del impacto que ha tenido el fuego en los suelos, se entregan una variedad de consejos de cómo actuar post-incendios.
Chile y el Maule viven una de las peores catástrofes que ha sufrido el país, agresivos incendios en varias zonas dejaron un panorama desolador tanto para el gobierno como para los agricultores y las familias diezmadas.
Si bien este fue el turno de Chile, estos hechos pueden ocurrir en cualquier lugar del mundo. Existen varios ejemplos como los de California en 2020 o los incendios de Australia en el 2019. Estos episodios son cada vez más recurrentes y más catastróficos.
Una vez que llega el verano o la temporada donde el calor es más intenso, este empieza a provocar más incendios y el país se prepara para un eventual problema con los siniestros. La temporada 2022-23 no fue la excepción.
En lo que va de la temporada estival se han contabilizado 4.839 incendios forestales a lo largo de Chile, trayendo como consecuencia que se consumieran 455.723 hectáreas totales.
Hace unas semanas, el presidente de la Federación de Productores de Frutas de Chile (Fedefruta), Jorge Valenzuela, alertó que tras los incendios forestales de este verano, los productores agrícolas de la zona centro-sur pueden tardar hasta una década en recuperarse. El presidente afirmó que “hay villas que se han quemado, hay comunas que se van a ir despoblando, porque recuperar esto en seis o 10 años. Mejor las personas se van de sus tierras.”
Estas declaraciones fueron desoladoras para el gremio agrícola, que dedican su vida y dependen de los cultivos para poder generar ingresos en sus hogares.
Impacto de los incendios en el suelo
Los incendios forestales provocan degradación en el suelo, sobre todo justo después del suceso. El nivel de gravedad va a depender de la topografía del lugar (lugar en el que se encuentra), intensidad del proceso de erosión, la tasa de regeneración de la cubierta vegetal post-incendio, recurrencia, intensidad y duración del fuego. Los principales impactos de los incendios forestales son a nivel de las propiedades físico, químico y biológica; y productividad del suelo. Estos impactos se traducen en: generación de erosión, pérdida de nutrientes, disminución de materia orgánica, alteración de la vegetación.
La erosión es el proceso por el cual se produce una pérdida de suelo por acción del agua en escurrimiento o por el viento, son “agentes” que transportan las propiedades, nutrientes y elementos del suelo a otro sitio donde estos se depositan.
El suelo después de un incendio es susceptible a sufrir de erosión, debido a lo expuesto que queda al viento y al agua. La erosión genera pérdida del material, problemas con la infiltración del agua, aumento del flujo superficial del agua y el retraso de la infiltración del agua durante periodos de tiempo que pueden variar entre algunos segundos y horas, días o meses. Por otro lado, la cosecha post-incendios de la madera quemada, también puede aumentar la vulnerabilidad a la erosión y degradación del suelo, debido al uso maquinaria pesada y arrastre de los troncos.
Además, el contenido de nutrientes del suelo afectado por los incendios forestales, varía según el tipo de vegetación, periodo de tiempo transcurrido después del incendio, recurrencia e intensidad del fuego. Después de los incendios el contenido de nutrientes aumenta en los primeros centímetros de la superficie, debido a la cenizas y nutrientes.
A medida que pasa el tiempo el contenido de nutrientes va disminuyendo, ya que se produce la volatilización y transformación de los nutrientes, como también la eliminación de cenizas por gravedad y viento.
Mantener las cenizas en la superficie del suelo es de suma importancia para no perder tantos nutrientes y fomentar la vegetación después del fuego. Para promover la acumulación y retención de nutrientes en los suelos después de un incendio, es importante estabilizar el sitio quemado mediante la aplicación de medidas post-incendio. Estas medidas deben limitar la erosión y la eliminación de la ceniza por el viento.
Los incendios forestales también afectan la actividad biológica del suelo, generando una desestabilización del ciclo de nutrientes. Esta desestabilización se debe a la disminución de los microorganismos que ayudan a los procesos de descomposición de compuestos orgánicos y disponibilidad de nutrientes.
Consejos para recuperar los suelos post incendios forestales
Las iniciativas que existen para la restauración ecológica provienen de Estados Unidos y de Europa, según el artículo publicado por Conaf para la restauración en el país. De acuerdo al biólogo Salvador Donghi, Chile es el único país de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), organismo internacional compuesto por 38 estados y con sede en Francia, que no tiene una norma de protección de los suelos.
El daño que se provoca en el suelo luego de un siniestro va a depender exclusivamente de la temperatura del fuego y su duración. La magnitud de los incendios en la región del Maule ha sido extrema, por lo que se espera que algunos puntos de la superficie del suelo lleguen hasta los 900° C.
De todas maneras, el suelo seco no es conductor del calor, por lo que las altas temperaturas no penetran el suelo y hace el daño más superficial. De igual forma, los suelos se dañan debido a la combustión de nutrientes tales como el nitrógeno y el carbono, generando cenizas que quedan en el suelo.
Esas cenizas no son necesariamente dañinas para el suelo, ya que aportan cationes como calcio, potasio, fósforo, dependiendo del material que se haya combustionado. Lo que es dañino es cuando estas cenizas hacen erosión por consecuencia de lluvias o vientos.
A partir de esto se desglosan una serie de consejos para cuidar de mejor manera el suelo post-incendios.
Es de suma urgencia que se incorporen medidas de conservación de suelos como: zanjas de infiltración y zanjas de desviación de agua, ya que se corre el riesgo de que, si los suelos quedan al descubierto, éstos se erosionen y se pierdan con las lluvias.
Además, se recomienda ver la opción de replantar y si es posible en el corto plazo, ya que lo peor que puede pasar es que esos suelos afectados por los incendios queden al descubierto.
Antes de realizar cualquier actividad en el suelo post-siniestro, es importante hacer un análisis del suelo y tener noción de cuánto se perdió y cuál es la dimensión de lo perdido. Esto servirá para saber como recuperar el equilibrio de los suelos antes de que erosionen por las lluvias o los vientos.
Chile necesita de manera urgente políticas, leyes y normas para la protección, recuperación y conservación de los suelos. Actualmente el proyecto “ley de marcos de suelo” está en primer trámite constitucional en la Comisión de Agricultura del Senado, esta medida podría contribuir a la preservación, restauración y cuidado de los suelos, no solo tras los incendios ni para limitar las actividades forestales, sino de la minería y de otro tipo de industrias.
