El 27 de febrero de 2010, Chile vivió uno de sus más trágicos episodios. El terremoto y tsunami con epicentro en el mar chileno cercano a la Región de Ñuble.
Alrededor de las 3:30 de la madrugada un sismo de magnitud 8,8 en la escala de Richter y una duración de más de 4 minutos sacudió al país, dejando consigo gran daño en materia humana y de infraestructura.
El sismo dejó consigo más de 500 fallecidos y gran cantidad de damnificados, junto con los edificios que sufrieron daños irreparables.
Una de las mayores polémicas que surgió tras el desastre natural fueron las reacciones y medidas adoptadas entre el SHOA y la Onemi, la cual al día de hoy fue reemplazada por el Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres.
El terremoto logró sentirse en zonas de los países vecinos, especialmente en Argentina. Lo cual hizo que muchos medios de comunicación a lo largo del mundo realizaran intensas coberturas respecto a lo que pasaba en el país sudamericano.
Según la Escala Mercalli, la Región del Maule sufrió una magnitud ubicada en la categoría VIII, la cual lleva por nombre “Severo”.
Recuerdos de los chilenos
Tras los trágicos sucesos, la solidaridad de diversas organizaciones locales e internacionales brindó ayuda a los damnificados. Así mismo, diversas memorias quedaron en el recuerdo de millones de chilenos frente a esta tragedia, de los cuales, muchos lograron levantarse y superar sus problemas con el paso del tiempo.
El terremoto del año 2010 fue crucial para mejorar las medidas preventivas frente a las amenazas naturales que son características de nuestro país. Ante lo cual, tras 13 años de sucedida esta tragedia, las medidas preventivas han continuado.
