Lunes, Noviembre 25, 2024
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Industria vitivinícola en el Maule: desafíos y oportunidades

Las proyecciones del panorama económico, las posibilidades vinculadas al turismo, el fortalecimiento del desarrollo tecnológico y la sustentabilidad, demarcan algunos de los desafíos y oportunidades para la industria vitivinícola en la región del Maule.

El Maule es una de las regiones del país con mayor producción vitivinícola. La industria se prepara para un nuevo año, afrontando las secuelas de la pandemia en el rubro, el balance entre aumento de costos y competitividad, la escasez de mano de obra, la necesidad de avanzar en desarrollo tecnológico y los desafíos de la variabilidad climática.

Viña Gillmore, una empresa familiar pequeña con producción de 50 mil botellas al año y ubicada en la comuna de San Javier, camino a Constitución, afrontó un complejo panorama en 2022. Este fue, incluso, más ad-verso que en 2021 y 2020, pues si bien se retomaron las exportaciones se comprimió el mercado nacional, cuenta Daniella Gillmore, Gerente General de la viña.

Alza en la divisa estadounidense

El alza de los costos de producción y operacionales significaron un gran reto. “Mucha gente dice, aumentó el dólar, entonces los exportadores están contentos, pero nuestros insumos están valorizados en dólares, principalmente. Las cajas se pagan en dólar, las botellas se pagan en dólar, los corchos, las tapas. El aumento del tipo de cambio va de la mano con el aumento del valor de los insumos”, comentó Gillmore.

Un gran desafío, considerando que los aumentos de costos en producción no se pueden traspasar directamente al consumidor para poder mantener la competitividad en el mercado.

“Hay que ser más eficiente para trabajar y para esto hay que mecanizar, pero las viñas chicas tenemos muchas veces el problema de cómo lo hacemos, cómo acceder a la mecanización en el caso nuestro por ejemplo con viñas de 120 años”, señaló.

Una visión similar, comparte Alejandro Abarca, Gerente General de TerraNoble, viña caracterizada por sus vinos Carmenere y ubicada en la comuna de San Clemente.

“Ciertamente la industria enfrenta momentos desafiantes, la pandemia afectó una parte importante del mercado (canal Horeca), sumado a la crisis logística y posterior inflación, todo esto ha obligado a un doble esfuerzo en contener costos y poder mantener la competitividad”, dijo.

“Maule es la mayor región vitivinícola del país y creo que tiene un potencial enorme, debemos trabajar unidos para potenciar y mostrar la historia que tiene esta región y la alta calidad que producimos algunas de las viñas que pertenecemos a este valle”, agregó Abarca.

Mirada económica

Consultado por el panorama del rubro, el Dr. Arcadio Cerda, académico de la Facultad de Economía y Negocios (FEN) UTalca, entregó una mirada económica destacando que los principales desafíos se vinculan a las condiciones de la economía mundial.

“Mientras no se vean claros signos de mejoramiento de la economía mundial, el mercado internacional estará limitado.

Sin embargo, dado que los vinos chilenos son un buen sustituto de vinos más caros a nivel mundial, podría existir un potencial mercado en ese sentido. Otro elemento, que afecta a la industria son los cambios en el precio del dólar, aunque en el último tiempo ha estado sobre los valores tradicionales”, indicó Cerda.

“Los costos de los distintos insumos incluidos mano de obra han ido aumentado afectando los costos de producción. Es de esperar que durante 2023, la inflación tienda a volver a valores más cercanos a los tradicionales”, aseveró.

Viñas y turismo

Viña Gillmore, para este 2023, espera potenciar la actividad turística que les ha caracterizado por años y que tuvo una pausa obligada por la pandemia. “Uno de los grandes aprendizajes de los últimos dos años es que tenemos que reinventarnos, la pandemia nos puso muchos desafíos y uno de esos desafíos es reinventarse constantemente”, dijo Gillmore.

“Tenemos una fuerte convicción y una fuerte creencia que el turismo debería ser uno de los ejes regionales. Nosotros deberíamos aspirar a vender el 60% del vino que producimos a través del turismo y esa siempre ha sido nuestra inspiración”, agregó Gillmore.

Viña TerraNoble, en tanto, se prepara para sus 30 años de vida, fortaleciendo servicios turísticos y priorizando un plan de aumento de tecnología para las áreas de administración, agrícola y enología.

“Creemos que este 2023 será un año desafiante, pero lo miramos con optimismo, esperamos se puedan normalizar la cadena de suministros y qué mercados importantes para Chile como lo es China logre un nivel de apertura y normalidad post Covid-19 que incentive nuevamente el consumo de vino en ese mercado”, dijo Abarca.

“Nos hemos trazado un plan al año 2030 en el cual buscamos duplicar nuestras ventas mediante el aumento de volumen, pero acompañado de un cambio de mix y aumento de valor de nuestras exportaciones”, añadió.

Desarrollo tecnológico

La industria vitivinícola en la región ha incorporado, conforme a su desarrollo, diferentes elementos tecnológicos que han sido un aporte clave en todos los procesos de producción. Yerko Moreno, director del Centro Tecnológico de la Vida y el Vino de la Universidad de Talca, quien ha liderado iniciativas de desarrollo tecnológico en la industria, analiza los pasos que se han dado en este ámbito.

“Yo diría que en una primera etapa las primeras mejoras en tecnología ocurrieron en las bodegas, que fue muy parecida a lo que ocurrió en el país, dado que se ampliaron, se incorporaron tecnologías modernas de vinificación y se implementó el uso de acero inoxidable, entre otras mejoras. Y en los últimos años, los cambios han ido por una parte en renovar viñedos, usando materiales genéticos de mejor calidad y, con esto, me refiero a selecciones clonales sanas y sin presencia de enfermedades que mantienen la calidad de la fruta y del vino y la productividad al mismo tiempo. Por otro lado, se han incorporado distintas maquinarias que permiten facilitar las labores del viñedo y compensar un poco los problemas de mano de obra que hemos tenido”, explicó Moreno.

Otro elemento relevante ha sido la incorporación de tecnología en el proceso de riego.

“Todas las plantaciones se hacen con sistema de riego automatizado y lo que se ha ido incorporando progresivamente a todos los viñedos son sistemas de monitoreo del manejo del riego, de modo tal de eficiente el uso del agua, dado el escenario de escasez hídrica”, señaló.

Desafíos de la industria vitivinícola.

Consultado por los desafíos de la incorporación de tecnología en las viñas, analizó que esta se observa en grados diferentes según el tipo de viñedo.

“Si son viñas integradas que producen uva, vino o exportan tienen similar tecnología. En cambio, los productores individuales que solamente producen uvas en general, y especialmente los más pequeños, muchas veces carecen de algunas de estas tecnologías, tienen un rezago en adopción de tecnologías, uno por falta de financiamiento y en otro caso por ausencia de transferencia tecnológica apropiada para ellos”, explicó.

“En muchos casos también el tamaño de esos pequeños productores de la agricultura familiar campesina imposibilita que incorporen tecnología a sus predios porque son muy costosos para el tamaño de la propiedad”, agregó el director.

Sustentabilidad en la industria

Fuente: Revista de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Talca. Revisa el magacín completo en el siguiente documento:
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